Expectativas salariales, la pregunta más temida

En todo proceso de selección llega, tarde o temprano, la pregunta más temida: ¿cuáles son tus expectativas salariales? No temas, no es tan mala como parece.

Preguntar por las expectativas salariales no es nada malo, ni es una pregunta trampa en absoluto. Pese a ser una de las preguntas que más miedo generan dentro de un proceso de selección, no es más que un dato más a validar.

Es normal que en el momento de comentar qué esperas cobrar surja el miedo, el miedo a que tu respuesta se convierta en un descarte directo. Que no cunda el pánico, lo normal es que no sea así, puedo decir que prácticamente en ningún proceso de selección he descartado a alguien por este motivo.

 

¿Por qué nos torturan con esta pregunta entonces? Ante procesos de selección en los que el perfil es bastante abierto o está poco definida la experiencia necesaria previa, es normal que sea necesario validar con el candidato este dato. Estaríamos ante una de las famosas ofertas de trabajo en las que se especifique «remuneración según valía del candidato». Es del todo normal y simplemente nos da información acerca del perfil.

Si aún así te da miedo responder a la pregunta, o simplemente no sabes con exactitud qué decir, aquí te dejo unos consejos que te pueden ayudar:

  • Di la verdad. Es lo más honesto que puedes hacer por ti mismo. Si tienes una expectativa y te da miedo que no se vaya a cumplir, más vale tenerlo claro de inicio.
  • Busca otras ofertas de la misma empresa para poder hacerte una idea de en qué bandas salariales se mueven.
  • Averigua qué están pagando otras empresas por el mismo trabajo.
  • Comprueba los estudios de salario para la zona y categoría, te será útil para ajustar el salario al mercado.
  • Si aún así no quieres responder, puedes decirlo directamente.

 

Lo más importante es que no temas dar respuesta a tus expectativas salariales. Si eres el candidato ideal y quieren seleccionarte, lo más probable es que la empresa te explique la situación y te acaben haciendo una oferta aunque no se cumplan dichas expectativas.

Desde que estoy en el otro lado he aprendido una cosa muy importante, un entrevistador tiene poco de malas intenciones y mucho de querer conocer a los candidatos a los que se contacta. Aprovecha la interacción y la conversación para poder contar sobre ti y mostrarte, dejar claro qué puede esperar la empresa de ti, pero qué expectativas tienes tú.

 

Post 10, reto 100 días

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